Los restos de recipientes cerámicos son muy abundantes en La Bastida. La cerámica argárica estaba estandarizada desde el punto de vista morfológico y tecnológico (modelado, cocción). Esta alfarería tan normalizada se expresa en ocho clases o “formas”. A grandes rasgos, encontramos ollas para preparar alimentos, cuencos y vasos para servir comida y bebidas, y grandes vasijas u orzas para el almacenamiento. Todas estas piezas pudieron tener un uso postrero como contenedores u ofrendas funerarias.
La Bastida ha proporcionado una nutrida representación de recipientes completos correspondientes a todas las clases con excepción de la forma 6, de la que sólo hemos identificado algunos fragmentos. Como es habitual en la alfarería argárica, los recipientes decorados son muy raros; sus superficies se presentan alisadas o bruñidas, y tan sólo registran la aplicación de mamelones o asitas.
El extenso conjunto de recipientes completos recuperado en La Bastida ofrece la posibilidad de estudiar los cambios tecnológicos en la producción alfarera a lo largo de toda la época argárica. Además, conocer la función concreta de cada recipiente es otro de nuestros objetivos. Para ello se aplicarán técnicas de laboratorio para definir la composición de los residuos absorbidos por las paredes de los recipientes.
La Bastida también ha proporcionado una colección menos numerosa de alfarería de otras épocas, concretamente de la Edad del Bronce postargárica, el periodo romano, la Alta Edad Media y la época contemporánea.